martes, septiembre 02, 2008

La enamorada del muro. de: Susuru

Disfruto viajando, me gusta caminar por Libertador, por Alicia Moreau de Justo, sentarme en un café, contemplar el río, los bosques de Palermo, el Planetario, observar como nadan los patos en el lago, apreciar los multicolores del Rosedal y aspirar el perfume de las rosas. Mi vida es muy calma, muy placentera. Sólo hay ruido cuando hago negocios. Cuando estoy en la cancha de golf no acostumbro a hacer negocios. Allí, sólo intercambio tarjetas y a partir de ese momento todo puede suceder. Esta mañana, me senté en el Spell Café con mi cuaderno de apuntes, antes de ir al golf. Con la tranquilidad que me caracteriza, comencé a organizar la fiesta de mi próximo cumpleaños. Decidí que como los invitados sumarían más de 300, lo haríamos en Capilla del Señor. Sí, allí, en la estancia Los Girasoles de Sangara. Un lugar accesible y cómodo para compartir un buen día de fiesta. Para palpitar junto a los que quiero, a mis queridos afectos de hoy y de siempre. Recordé que debía encargar al vivero cientos de “alegrías del hogar” para los canteros y pedir que los portones estén cubiertos por enredaderas, “las enamoradas del muro”. Repaso mis anotaciones, me dispongo a saborear el café, levanto la vista y me doy cuenta que estoy rodeada de gente cuyas caras desconozco. Sorprendida, intento levantarme y una fuerza superior, me mantiene pegada a la silla. Miro sin ver, escucho sin oír, callo sin hablar y no comprendo quienes están ahí. Extiendo mis manos. Busco dinero en mi cartera para sacármelos de encima…pero se acercan más y más. Me rodean, me falta el aire, escucho sólo el gemido de un violín y el grito de una trompeta…Me ahogo, me acurruco, me agacho, me escondo debajo de la mesa y logro disparar gateando, sóla acompañada por la voz de alguien que con una canción parece llamarme desde lejos.

"Nuestras zapatillas voladoras

nos llevarán al paraíso perdido

y allí perpetuaremos el amor

Y con nosotros irán todos

los enamorados de la tierra

de nuevo y para siempre

¡a renacer!

15 comentarios:

Melibea dijo...

Oye, Su, hazme un sitio en ese cumple, si es que crees que cabremos tantos... Yo llego volando en el avión que me prestan y aterrizo en el campo de golf, así que prepara gente para arreglarlo posteriormente. De regalo, unas aceitadas de mi tierra y un licor de café que está buenísimo.

Besos

Rina dijo...

aquí, quiero colaborar un poco.... si me permites querida Susuru...
desearía que colocaras un tema que encuentro adoc para este precioso trozo de inspiración...
renacer... tiene que ver con ilusión?.......
espero tu respuesta.
rina

SUSURU dijo...

Melibea: y por qué piensas que alquilaré un lugar tan grande si no es para invitar y conocer a todos mis amigos virtuales???

Para ustedes, los bloggeros, mi jet particular estará dispuesto en cada aeropuerto que sea necesario y vendrán con todos los gastos pagos.
Será una fiesta Inolvidable!!!!!

y por supuesto también vendrán mis amigos reales

RINA¨renacer no tiene que ver con ilusión, es como volver a nacer nuevamente desde la realidad, pero si algo te gustó envíamelo igual.....Esto es un cuento, quizás la ilusión podría formar parte del mismo. Por qué no????

besotes a ambas...

me tengo que ir a trabajar!!!!!
hasta luego, estoy corre que te corre.....

maria Angeles dijo...

Caramba Su, me encantó tu relato
Yo tambien piendo ir en tu jet privado, pero mira a ver en que aeropuerto lo tengo que tomar..
Seguro que me detienen porque pensaran que soy una terrorista, al oir como pita mi body, jajajaja
Basta de coñas..
Precioso relato
Muchas gracias
besote
Maria

JoP dijo...

Me gustó el relato, aunque confieso que, no se por qué, esperaba otro final.
Para una burguesa aggiornada, tranquila y feliz debe ser bastante perturbador tener esa sensación del final y, sobre todo, que una voz le cante algo que seguramente, la motiva poco.

Besos.

SUSURU dijo...

JOP: leí tu comentario y pensé que sería maravilloso, si vos tenés ganas, que pongas el final que a vos te parece que sería de tu agrado para este cuento.
Porque me surgió eso: ¿qué tal si lo pudiera hacer con diferentes finales y cada cual se queda con el que más le gusta?
¿te animás?, aunque sea a modo de juego......yo chocha de la vida si consigo tus letras incluídas en mi escrito.
Un beso grandote

Angeles dijo...

Espero que me perdones por invitarme yo sola al juego de buscar finales a tu cuento, pero cuando he leído tu propuesta a Jop no he podido resistirme.


(…..)
Busco dinero en mi cartera para sacármelos de encima…pero se acercan más y más. Me rodean, me falta el aire, escucho sólo el gemido de un violín y el grito de una trompeta…
(….)


Y entonces algo me llama la atención, es una niña que me mira esta entre la gente que me rodea y su rostro me resulta muy familiar.

Trato de recordar de que la conozco y algo ocurre, los contornos se desdibujan, los sonidos suenan distantes y de repente el silencio.

-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde ha ido todo el mundo?

Pero ella no se ha ido, sigue allí, solamente que ahora esta subida en un árbol, tiene algo en las manos ¿Una muñeca?, si, esta hablando con ella, ya no me mira.

-¿Quién eres? Le pregunto

-Soy tu. Me contesta sin apenas mirarme, la muñeca requiere toda su atención.

-¿Es esto un sueño? Le pregunto.

-No, contesta ella que sigue sin mirarme.

Intento que me preste atención y vuelvo a preguntarle -¿Qué haces?

-Vivo, contesta ella.

Entonces algo me arrastra de repente, me succiona, me dejo llevar; los sonidos empiezan a regresar; abro los ojos y veo la cara de un desconocido justo encima de la mía, esta hablando pero no consigo descifrar sus palabras.

-¡Roberto! ¡Apaga esa maldita radio que no escucho lo que dice!

Roberto obediente apaga la radio de la cafetería, en estos momentos suena la última canción de moda:

"Nuestras zapatillas voladoras
nos llevarán al paraíso perdido
y allí perpetuaremos el amor
Y con nosotros irán todos
los enamorados de la tierra
de nuevo y para siempre
¡a renacer!

A lo lejos suena una sirena, la ambulancia que llamaron los dueños de la cafetería esta llegando, -No debe de ser nada serio, piensa Roberto, la mujer parece que se recupera bien.

besos

Melibea dijo...

Claro, Su, ahora mismo me pongo a pensar en otro final: estoy encantada de hacerlo (ya sabes de mi vicio de escribir).

Espero que tengas un buen día en el trabajo, como yo, que, al menos, me resultó corto.

Ahora me estoy tomando un zumo de tomate, para recuperar fuerzas.

En cuanto al mate, aún no lo curé, mas estoy ansiosa por hacerlo y compartir mate con mis amigos argentinos.

Un abrazo

Melibea dijo...

Esa voz... En realidad me resulta familiar, tremendamente familiar. Sin embargo, no me decido a incorporarme. Permanezco agachada, esta vez sentada en una esquina del local. Desde allí observo mejor cómo me acechan, cómo se aproximan a mi cuerpo. De repente me doy cuenta de que he olvidado la lista de invitados y las anotaciones acerca de la preparación de mi cumpleaños sobre la mesa. ¿Qué hago? ¿Me acerco a por mis cosas? Puede resultar bastante peligroso, pues ya no titubean a la hora de venir hacia mí... Todos... Todos me resultan familiares, como esa maldita voz que me retumba en el cerebro y me invita a mil locuras que no descifro, ya que emplea una lengua desconocida para mí. Tal vez la solución resida en mantenerme aquí, acurrucada contra las paredes, en actitud defensiva ante sus miradas. Uno adelanta dos pasos y se sitúa en primera línea. Creo que es el líder. Abre la boca en ademán de hablar. Pero, ¡no le entiendo! Utiliza un idioma parejo al de mi voz interna. ¡Qué puedo hacer!... ¡Qué hago!... ¡Y mis cosas sobre la mesa! Tengo que recuperarlo todo, como sea. YA. Sin embargo, ahora se hallan a dos pasos de mi cuerpo. No tengo salida. No existe una salida. El líder- o eso me parece- me tiende una mano para que me levante del suelo. Su rostro frío refleja una mueca indiferente ante mi ansiedad. Agarro su mano, helada como su faz, y me pongo de pie. Al poco, ya rodeada por el grupo, comienzo a entender su idioma. Dicen que vayamos a otro lugar, a aumentar el grupo. Esto lo repite también mi voz interior, que también comprendo. Abandonamos el lugar. Al salir por la puerta miro las pertenencias que alguien se ha dejado en una mesa. Las miro porque me resultan familiares, tan familiares como una voz que oigo en mi interior y que emite palabras que no entiendo. El líder me recrimina la tardanza. Me sitúo a la altura del grupo. Poco a poco nos alejamos por la avenida.

PD: Su, ahí te dejo mi final. Es abierto, por si quieres que continuemos la historia entre varios.

Besos

I. Robledo dijo...

"Y, finalmente, amigos, lo entendi todo: una fuerza inmensa me animaba a unirme a aquella gente que cantaba y alborotaba... Y no lo pense.. Y me fui con ellos, cantando y bailando, y el campo de golf, y los negocios, y los 300 invitados se quedaron lejos, en la Luna, mientras yo -feliz- cantaba y bailaba con aquella gente que no conocia pero que me habia atrapado."



BUENO, AMIGA, PUES YA ESTA...

Ahora voy a ver lo que pusieron otros antes, no vaya a ser que coincidamos, pero vamos, que a mi, lo que me ha salido ha sido esto...

Un abrazo, amiga

Rina dijo...

yo soy parte de los que están allí mirando atentamente los gestos de la niña... pero no me acerco., estoy calculando mentalmente si acepto la invitación para tomar el jet que nos ofrece un viaje gratis pero no acierto en una cosa..... estoy en México?....o...........en otro lado?...... decido que eso no es importante. hubo música? yo solamente alcancé a percibir cómo pita el body de una bella que por aquí ronda......
es eso ....motivante?......
qué dice la burguesa?.....
demasiadas preguntas.... seguro es porque ahora es medianoche....
me quedo quieta, sigo los acontecimientos....
decido viajar!!..
por cierto: no se preocupe la niña pues yo cuido su bolso.......
ahora mis pensamientos se quedan reposando en mi cuarto de triques.
................
tambien envío abrazos a todos.
rina

Rina dijo...

p.d.
yo insisto:
vivo con la ilusión de renacer.
ups.....
rina

JoP dijo...

"Busco dinero en mi cartera para sacármelos de encima, pero en sus miradas reconozco que ese acto será inútil. No han venido buscando el consuelo de ese gesto arrogante y vanidoso. Han estado aquí siempre. Su presencia inefable estuvo velada desde hace mucho tiempo con la realización interminable de actos pueriles y banales.
Aún no puedo levantarme y creo que ya no me importa, porque comienzo a comprender. Ellos me miran, ahora, con ternura y vislumbro: Estoy sola. He estado sola desde siempre. Desde el comienzo mismo. Jugar al golf, organizar fiestas o eventos, rodearme de paisajes coloridos y sedosos, reunir una agenda colmada de nombres conocidos, no ha sido otra cosa que intentar sofocar, de algún modo ritual e inexpresivo, el extenso vacío en torno del cual me ha organizado.
Ya no deseo nada. Un ligero dolor de cabeza es la única sensación plausible de mi cuerpo en la materialidad suspendida de la silla en la que estoy sentada. ¿Acaso hay algo más real que eso?
Si mis temores no estuvieran aquí ahora, si no hubieran venido levantando el velo denso de mi tenaz hipocresía, jamás hubiera podido comprender que nada de lo que haga bastará para calmar la originaria tensión. Son ya la enredadera sinuosa que he intentado podar con tantos actos inservibles, tanta trivialidad bien ejecutada. No hubiera podido llegar hasta aquí si no hubiera hecho eso. Sin embargo ya no podré continuar repitiendo el acto que se ha desmoronado para siempre. No hay redención posible. No hay expiación incauta que subsane el error porque ha pasado el tiempo y ha caído el último grano de arena.
No soy yo. No han sido los abrazos, ni los besos, ni las palabras, ni las quimeras, ni los gestos atenuantes. Nada ha sido.
Solo un nacimiento fallido pudo haber dado como resultado el itinerario obtuso y consecuente. Y no es cierta la canción; porque nunca podría haber sido verdadera cantada por tus labios enrollados. Estúpida falacia que adquirí solo por haber sido pronunciados por tu boca: “Nuestras zapatillas voladoras nos llevarán al paraíso perdido y allí perpetuaremos el amor. Y con nosotros irán todos los enamorados de la tierra de nuevo y para siempre… ¡a renacer!”.
Ya no creo en ti, como tampoco creo en mí. Se ha disuelto el sortilegio. Tu canción de cuna, madre, ya no es necesaria.”

doctorvitamorte dijo...

... sola acompañada por la voz del doctor que me dice: "Susuru, has vuelto a quedarte dormida".
Abro los ojos y me veo en un lamentable estado : tendida en el suelo y enrrollada en
en la red del campo de tenis.
Me prometo una vez más que no volveré a tomar infusiones de "las enemoradas del muro"

sujetotacito dijo...

susuru, llegue tarde, como es mi costumbre, pero como me dijo un gran amigo, "no llego tarde, genero espectativas"

La canción sonaba sin parar, cada vez más fuerte, miro hacia atrás y ellos me seguían, por momentos estaban solo a unos pasos, al segundo varios metros atrás, para acercarse a una velocidad imposible.
La canción, no podía silenciar esa maldita canción, sentía que mi cabeza estallaría en cualquier instante, mis piernas dolían, mis pulmones no soportaban más, mi cabeza...
Cerré los ojos y me relajé, solo me deje llevar por la canción, mi cuerpo perdió su peso, ya nada me dolía, solo sentía paz.
Abrí los ojos y varios metros bajo mis pies esa extraña gente miraba para arriba y me hacia gestos insultantes.