miércoles, enero 30, 2008

Cada uno. Violeta Luna

Cada uno construye su casa como quiere. La pone sobre el aire, la siembra en la cintura de la luna o encima de las olas. Cada uno la pinta de manera diferente, la baña con el cielo y el oro verdidulce de la tarde. La llena de jilgueros, de música y hortensias. Encima del verano la edifica. Le pone una ventana al horizonte, una terraza al mar y un pájaro de bronce en el tejado. Cada uno la salva de la furia del invierno, le pone verjas altas, faroles importados de Neptuno, estufas de Chicago y espejos fabricados en Arabia. Cada uno la mide y la corrige. En forma vertical la va agrandando. Le pone un timbre eléctrico y un número de plata. La cuida del mendigo que la ensucia, del niño que le roba una gardenia, del pobre que la mira. Cada uno acomoda su casa a su manera, presume y aparenta, construye su existencia tontamente con trapos, pergaminos y billetes, con vigas antisísmicas coñac y pararrayos. Qué lástima pero ninguno construye a su medida su refugio con sólo la verdad de cada día y el sol bien compartido. Qué lástima que nadie se haga casas a prueba de mentiras, olvido y desamor. Yo quiero hacer mi casa a mi manera sin puertas ni cortinas. La quiero dulce y tibia en medio del camino de tus brazos.

martes, enero 29, 2008

Victoria Ocampo - Virginia Woolf

27 de enero de 1979 murió Victoria Ocampo. Su principal aporte a la cultura argentina es la fundación de Sur, revista por la que desfilaron plumas célebres de la literatura americana y europea, y en la que colaboró Jorge Luis Borges con escritos y traducciones. Obtuvo la Legión de Honor de Francia, el rango de Comendadora de la orden del Imperio Británico y el gran premio de honor de la Sociedad Argentina de Escritores. En 1977 fue incorporada a la Academia Argentina de Letras. Como Virginia Woolf, su contemporánea, Ocampo buscó ampliar el horizonte de las actividades intelectuales para la mujer. Sobre Woolf, a quien conoció y frecuentó, opina en una carta a la pedagoga María de Maeztu:

"Lo paso muy bien en Londres. Los Huxley son muy afectuosos conmigo y gracias a ellos he conocido a Virginia Woolf -a quien me interesaba mucho conocer- y a Wells. Wells un poco decrépito ya... (que no me oiga). Me resultan más divertidos sus libros que su... cuerpo presente. Virginia, una inglesa extraordinaria! ¡Más novelesca que sus novelas! Y para quien el mundo real no existe. Fantástica mujer. ¡Pelo blanco, cara muy delgada y belleza conmovedora en medio de su frialdad glacial, como diría la bestia de Grau! ¡Pobre! Me ha preguntado hasta el infinito sobre mi vida, mi país, mi infancia etc., etc., todo con una pasión y una curiosidad totalmente impersonales. Como si yo fuera una cosa y no un ser viviente. Pero se lo perdono. También me divierte y me inspira una curiosidad que no es cruel, sino infinitamente más directa y humana. Me quedo en Londres por ella más de lo que pensaba. Me fascina porque tiene todo lo que yo no tengo y porque tengo todo lo que ella no tiene . Y creo que la fascino por la misma causa. Y luego es tan extraña, tan wrapped up [ensimismada] en su mundo imaginario donde juego el papel de una inmensa mariposa dorada "sudamericana" -es decir, exótica- revoloteando a su alrededor, haciéndola soñar con un país que no quiere conocer sino en la forma en que se lo relata a sí misma... (no me lo ha dicho así, pero así lo siento). Las mujeres de talento me interesan, María, más que los hombres. Los hombres me interesan por otras razones... ¡Pero las mujeres! Quisiera desmontarlas pieza por pieza para no dejar escapar nada. Pero Virginia vive en la luna. No sé cómo hacer para aterrizarla. Y acaso esto sea inútil y hay que aceptarla como es, en la luna." Boletín de LibrosEnRed Nº 84 25 de enero de 2008

El loco de la Colina. Jesús Quintero

Me educaron para el éxito y mi mayor éxito es saber que no tengo educación.

Me educaron para competir y mi mejor competición es no competir con nadie.

Me educaron para ser fuerte, pero esta asignatura la tengo pendiente.

Me educaron para ser firme y mi firmeza es como el junco de la ribera, que se inclina amable con el soplo bondadoso de la brisa.

Me educaron para ser valeroso y aún me da miedo la oscuridad.

Me educaron para amar al prójimo, pero al prójimo, por lo que veo, no lo educaron para que me amara.

Me educaron para ser decidido y mi primera decisión aún está por tomar.

Creo que nunca quisieron educarme; tal vez domarme. Ahora soy como un caballo salvaje que se encabrita no más quieran colocarle la brida de la educación.

Soy un loco, estoy loco ... allá los cuerdos con su educación.

http://www.jesusquintero.com/

lunes, enero 28, 2008

nana mouskouri - amazing grace

Concordia.de: Susuru

A veces suelo ir al Parque de la Concordia a sentarme debajo del añoso ombú, el único del lugar. Siento que es como ir a la casa de un amigo fiel para que me abrace. Y me quedo reflexionando profundamente acerca de los diferentes misterios que nos presenta la vida cotidianamente. Y mientras pienso y reflexiono, acaricio una raíz que está fuera de la tierra.. La miro. La miro y observo. Y visualizo una forma, la de un ser humano descansando. Sin dejar de posar mi mano sobre esa raíz, intento captar algún mensaje oculto en esa forma, en ese rústico marrón añoso, arrugado, algo roto y agrietado recostado sobre el verde césped recién cortado del parque. Los rayos de sol se colaron por esas grietas e iluminaron mi mente. Y con esa tibia luz matizando el instante en el que siento que vos, que yo, que nosotros, que ellos, que todos, somos como ese árbol.. Y que las cosas viejas o muertas es semejante a todo aquello que descansa en nuestras raíces. Es lo que nos sostiene para podernos elevar en el follaje de nuestras vidas y acercarnos hacia lo más alto. Sigo pensando y me digo: Conocer y mantener limpias y sanas nuestras raíces nos arraiga en cualquier suelo…es nuestra riqueza interna que nos sostiene, de allí provienen nuestros frutos y nuestros pájaros libres. Al mismo tiempo me voy dando cuenta que un árbol sin bichos, sin savia, sin hojas y sin pájaros carpinteros que hieran su corteza, quizás no tendría vida. Las heridas y las llagas son parte de la vida de este ombú, de este árbol, que me da sombra, que me cobija, que me permite venir a visitarlo. Y me doy cuenta que me gusta ese y no otro cualquiera porque anida vida en él y sin embargo permite que lo lastimen.. Todo esto le aporta diversidades que vuelven a sostenerlo, a erguirlo, a renovar su follaje y a recomenzar como sostén de un nuevo ciclo en su función de continuar dando vida…cubriéndose de colores, de fragancias, de mariposas, de gotitas de lluvia, de savia, de esperanza, aunque sean muy visibles sus cicatrices, algunas más recientes que otras. Yo misma con mis caricias guardo en ese lugar mis fracasos, mis recuerdos buscando consuelo para mis días tristes y savia nueva para volver a empezar, para conectarme con las pasiones alegres, para construir nuevos modos de transitar este Parque de la Concordia.

Hoy.......Susuru

domingo, enero 27, 2008

ARTE

Todo un placer encontrar esta expresión de múltiples recursos convertidos y transformados en arte. Las líneas, el color, las formas, las sombras, la luz y por sobre todo, la creativad como recurso expresivo. Susuru

LA TREGUA - M. Benedetti

FRAGMENTO:
Lunes 11 de febrero
Sólo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme. Debe hacer por lo menos cinco años que llevo este cómputo diario de mi saldo de trabajo. Verdaderamente, ¿preciso tanto el ocio? Yo me digo que no, que no es el ocio lo que preciso sino el derecho a trabajar en aquello que quiero. ¿Por ejemplo? El jardín, quizá. Es bueno como descanso activo para los domingos, para contrarrestar la vida sedentaria y también como secreta defensa contra mi futura y garantizada artritis. Pero me temo que no podría aguantarlo diariamente. La guitarra, tal vez. Creo que me gustaría. Pero debe ser algo desolador empezar a estudiar solfeo a los cuarenta y nueve años. ¿Escribir? Quizá no lo hiciera mal, por lo menos la gente suele disfrutar con mis cartas. ¿Y eso qué? Imagino una notita bibliográfica sobre "los atendibles valores de ese novel autor que roza la cincuentena" y la mera posibilidad me causa repugnancia. Que yo me sienta, todavía hoy, ingenuo e inmaduro (es decir, con sólo los defectos de la juventud y casi ninguna de sus virtudes) no significa que tenga el derecho de exhibir esa ingenuidad y esa inmadurez. Tuve una prima solterona que cuando hacía un postre lo mostraba a todos, con una sonrisa melancólica y pueril que le había quedado prendida en los labios desde la época en que hacía méritos frente al novio motociclista que después se mató en una de nuestras tantas Curvas de la Muerte. Ella vestía correctamente, en un todo de acuerdo con sus cincuenta y tres; en eso y lo demás era discreta, equilibrada, pero aquella sonrisa reclamaba, en cambio, un acompañamiento de labios frescos, de piel rozagante, de piernas torneadas, de veinte años. Era un gesto patético, sólo eso, un gesto que no llegaba nunca a parecer ridículo, porque en aquel rostro había, además, bondad. Cuántas palabras, sólo para decir que no quiero parecer patético.
Viernes 15 de febrero
Para rendir pasablemente en la oficina, tengo que obligarme a no pensar que el ocio está relativamente cerca. De lo contrario, los dedos se me crispan y la letra redonda con que debo escribir los rubros primarios me sale quebrada y sin elegancia. La redonda es uno de mis mejores prestigios como funcionario. Además, debo confesarlo, me provoca placer el trazado de algunas letras como la M mayúscula o la b minúscula, en las que me he permitido algunas innovaciones. Lo que menos odio es la parte mecánica, rutinaria, de mi trabajo: el volver a pasar un asiento que ya redacté miles de veces, el efectuar un balance de saldos y encontrar que todo está en orden, que no hay diferencias a buscar. Ese tipo de labor no me cansa, porque me permite pensar en otras cosas y hasta (¿por qué no decírmelo a mí mismo?) también soñar. Es como si me dividiera en dos entes dispares, contradictorios, independientes, uno que sabe de memoria su trabajo, que domina al máximo sus variantes y recovecos, que está seguro siempre de dónde pisa, y otro soñador y febril, frustradamente apasionado, un tipo triste que, sin embargo, tuvo, tiene y tendrá vocación de alegría, un distraído a quien no le importa por dónde corre la pluma ni qué cosas escribe la tinta azul que a los ocho meses quedará negra.En mi trabajo, lo insoportable no es la rutina; es el problema nuevo, el pedido sorpresivo de ese Directorio fantasmal que se esconde detrás de actas, disposiciones y aguinaldos, la urgencia con que se reclama un informe o un estado analítico o una previsión de recursos. Entonces sí, como se trata de algo más que rutina, mis dos mitades deben trabajar para lo mismo, ya no puedo pensar en lo que quiero, y la fatiga se me instala en la espalda y en la nuca, como un parche poroso. ¿Qué me importa la ganancia probable del rubro Pernos de Pistón en el segundo semestre del penúltimo ejercicio? ¿Qué me importa el modo más práctico de conseguir el abatimiento de los Gastos Generales?Hoy fue un día feliz; sólo rutina.

viernes, enero 25, 2008

Historia del que se enamoró de una niña demasiado joven. Alejandro Dolina

Manuel Mandeb supo tener amores con una niña muy joven de la callePaez. La muchacha no hizo cuestión por la diferencia de edades yademás es cierto que Mandeb era un hombre de aspecto soberbio, dentro desu sombrío estilo. Pero pronto empezaron las dificultades. Un dia Mandeb insistió en caminar bajo un aguacero mientras recitaba a los gritos un soneto flamante. Una noche le hizo el amor en la casa embrujada de la calle Campanapara espantar a los demonios. A veces, en la madrugada, se trepaba hasta la ventana de la niña, enel tercer piso, y dejaba prendida una flor roja. Una tarde de invierno le hizo probar el licor del olvido y el vinodel recuerdo. En verano, le sacaba la blusa en las calles oscuras y le ponia algunade sus gastadas camisas azules. Para su cumpleaños le regalo una sombra robada en Villa del Parqueque había encerrado en una cajita de cristal. Después enseñó a todos los pájaros de Flores a cantar el nombre de lamuchacha en su ventana. Entonces la niña abandono a Mandeb y comentó luego a sus amistadesen una pizzeria: -No éramos de la misma generación.

martes, enero 22, 2008

Silvina Ocampo - Quisiera ser tu predilecta almohada

Quisiera ser tu predilecta almohada// donde de noche apoyas tus orejas // para ser tu secreto y ser las rejas // de tu sueño: dormida o desvelada// ser tu puerta, tu luz cuando te alejas, // alguien que no trató de ser amada. // Huir de la ansiedad que está en mis quejas, // poder a veces ser lo que soy, nada,// no tener nunca miedo de perderte // con variación y honda infidelidad, // jamás llegar por nada a concederte // la tediosa y vulgar fidelidad // de los abandonados que prefieren // morir por no sufrir, y que no mueren. Silvina Ocampo, poeta argentina

sábado, enero 19, 2008

Pensamientos.....Susuru

"Las letras se desmoronan buscando su caligrafía, y yo, que sólo intento calcar la respiración oculta de las cosas, apenas logro descubrir la fragilidad del agua, del papel, de la piedra que es polvo entre mis dedos absortos..." "¿Cómo decir del aire atragantado de los vocablos huérfanos, cómo decir del sueño? ¿Cómo decir las blancas geometrías de la luz, cómo decir las sagradas orillas al tacto del papel humedecido....? ¿Cómo decir la piedra hecha polvo en mis manos?"
Fuente: sophia nro 76
Foto: Parque Centenario - Buenos Aires

viernes, enero 18, 2008

Reflexionamos???... Susuru

"Si quieres comprender a una flor, tienes que sentarte a su lado, meditar y dejar que hable. Tienes que experimentar el gozo y la danza de la flor bajo el sol, el viento y la lluvia"
Osho.- El ABC de la Iluminación

domingo, enero 13, 2008

Tiempo de retorno. Por Luisa Valenzuela. Fragmento

"...el tal Rodrigo le va a durar poco, lo sabe, pero también sabe que un abrazo de verdad es para siempre. Queda una marca allí dónde lo otro va siendo borroneado. Rodrigo trae su guitarra a la cama, entona unos boleros y ella se regodea en lo dulzón y un poco irónico de su canto. Este hombre le gusta por su humor: por no tomarse del todo en serio, como quien está en otra. Y lo está, bien lo sabe ella, y muy pronto se va a ir con la música a otra parte, o mejor dicho volverá a su casa , a su familia, a sus quehaceres de economista en lejano país y ella habrá de quedarse por acá, la retornada, después de tantos años. Años de exilio en un principio, y más tarde de un dejarse seguir viviendo a la distancia. Hasta que en cierto momento la necesidad de volver se le hizo imperiosa y todavía no entiende por qué ni para qué..."
"......................................................................................................................................................................"
"...Volver es unir cortando amarras, es borrón y cuenta nueva y a la vez zambullirse en el pasado. Volver; como arrancarse una máscara, nos devuelve el intangible efecto final de lo que somos. Ella no quiere volver, y sin embargo ha vuelto. Está volviendo..."
IMAGEN: pintura de SOLDI

jueves, enero 10, 2008

PRESENTIR.

Presentir

* Sentir morder el miedo de esta barra de acero

que aprieta el pecho...

y esa angustia latente, que no abandona un instante

la mente.

Abrir los ojos a la realidad que se presiente,

despertar sin dulzura, sin palabras que consuelen.

**

Aun no aprendí a vivir sin ti,

aun te reclamo en mi mundo de silencio.

Más si aun busco tus besos en el dolor de mi lecho,

ya no te añoran las ternuras de mi cuerpo,

ya no te aman los rincones secretos de mi alma,

ya los ojos quedaron secos de lágrimas,

ya la decepción mató sin remedio las ansias.

**

¿ Porqué siento otra vez esa barra de acero

desgarrar sin piedad el cuerpo ?

¿No hay medicina celeste que atienda los

heridos sentimientos ?

¿ No hay secreto remedio que colme

este insondable vacío que siento en el pecho ?

* Marie-Ange Bonnevie Imagen: Irises de Van Gogh

Motorcycle Diaries - Al otro lado del rio

lunes, enero 07, 2008

Pasarán cosas....Poldy Bird

Pasarán cosas...Ha empezado otro año... Como un cuaderno nuevo está ante mí, y me acuerdo de cuando era chica, iba a la escuela y me apuraba para terminar el viejo cuaderno y así comenzar el otro. En las últimas páginas hacía letra grande, enormes dibujos apresurados. Pegaba dos hojas con engrudo de fabricación casera: agua y harina en la cocina.
Los cuadernos nuevos se empiezan con letra pequeña, pareja, prolija, cuidada... Igual que los años. Igual que éste. ¿Borrón y cuenta nueva? No, no, sin borrón. Y sumando a la cuenta nueva las otras cuentas que antes nos sirvieron. Porque no todo está para el olvido. Porque no todo fue para dejarlo atrás, disimulado entre las hierbas secas del otoño. Pasaron cosas. Nos pasaron cosas. Crecimos un poquito, un poquito así, pero crecimos. Llorar hace crecer, es esa lluviecita de uvas de cristal sobre el techo de chapa de nuestro corazón. Pica, repica, musiquea, despierta.
Nadie es el mismo después de haber llorado. Reír hace crecer. También reímos. Algunas veces, quizá podemos contarlas con los dedos de una mano... ¡Y cómo une la risa!: dos que se rieron juntos, a carcajadas limpia, no se desatan nunca en el recuerdo.
Yo tengo siete chistes favoritos, y me acuerdo de quiénes fueron las siete personas que me los contaron. En cambio, no me acuerdo de todas las que me hicieron llorar o compartieron mis angustias. No creas que se trata de mala memoria... me parece que es puro instinto de conservación. Fíjate que la gente le huye a la tragedia. En algún tiempo me daba mucha rabia, pero ahora lo entiendo y no la juzgo mal. Una amiga de la infancia, que quiero profundamente, todavía no habló conmigo desde que murió mi compañero. Y si yo no la llamo no es porque no tenga ganas de hacerlo ni porque piense que es a ella a quien le corresponde llamarme... sino simplemente porque me da miedo que se sienta mal...
A ella le digo: si leés esto, no busques entre líneas... te quiero mucho, me gustaría que estuvieras cerca. No temas, no estoy desahuciada, no contagio las penas, las tengo dentro de mí, tan escondidas que para hallarlas tendrías que escarbar demasiado.
Y, además, a los muertos queridos no los recuerdo muertos, los recuerdo con su olor a perfume y su camisa favorita, con la música que les gustaba, con las anécdotas que los muestran en su mejor momento. No hablaremos de heridas ni agonías ni hablaremos de nieblas o tormentas... no, ¿sabes qué haremos?... terminaremos la charla aquella que empezamos una tarde en un café de la calle Córdoba... o la seguiremos, porque las charlas entre amigas no se terminan nunca, son siempre una continuación de la anterior, que fue una continuación de la anterior... y así, siempre, siempre, hayan pasado días, meses, años.
Trabajar, hace crecer. Y me ha dado un poco de trabajo trabajar. Porque mi trabajo es solitario, callado, sin jefes que me obliguen a hacerlo, sin un horario que cumplir. Se trata de transformarme en médium y sentir lo que todos sienten a mi alrededor... e interpretarlo con palabras escritas que traduzcan exactamente eso que siento, eso que sentís, eso que sienten otros.
Admirar hace crecer. Al admirar abrimos una ventaníta del alma que, a veces, está cerrada con candado. Al abrirla, nos abrimos. Dejamos que eche a volar un pájaro cautivo y que entre el aire con olor a magnolías y a flores de tilo, ese olor que es olor a verano y a plaza (Cuando era chica llevaba botellitas a la plaza, las movía, dando vueltas, y luego las tapaba, creyendo que en ellas podían guardarse los olores. Tal vez sí. Nunca las encontré, después, nunca tuve oportunidad de destaparlas...
Agradecer es crecer. Amar es crecer. Crear es crecer. Ha empezado otro año. Cuadernito nuevo. Cuadernito de hojas inmaculadas, todavía en blanco. Cuadernito que en la tapa dice Poldy. Solamente que yo podré escribir en él los días que vendrán.
IMAGEN: Atardecer en Puntaarenas. Costa Rica

La mujer y su expresión. Victoria Ocampo. Fragmento

" Creo que, desde hace siglos, toda conversación entre el hombre y la mujer. empieza por un "no me interrumpas" de parte del hombre. Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera predilecta de expresión adoptada por él. Durante siglos, habiéndose dado cuenta cabal de que la razón del más fuerte es siempre la mejor (por más que no debiera serlo), la mujer se ha resignado a repetir, por lo común, migajas del monólogo masculino disimulando a veces entre ellas algo de su cosecha. Pero a pesar de sus cualidades de perro fiel que busca refugio a los pies del amo que la castiga, ha acabado por encontrar cansadora e inútil la faena. Luchando contra esas cualidades que el hombre ha interpretado a menudo como signos de una naturaleza inferior a la suya, o que ha respetado porque ayudaban a hacer de la mujer una estatua que se coloca en un nicho para que se quede ahí "sage comme une image"; luchando, digo, contra esa inclinación que la lleva a ofrecerse en holocausto, se ha atrevido a decirse con firmeza desconocida hasta ahora: "El monólogo del hombre no me alivia ni de mis sufrimientos, ni de mis pensamientos. ¿Por qué he de resignarme a repetirlo? Tengo otra cosa que expresar. Otros sentimientos, otros dolores han destrozado mi vida, otras alegrías la han iluminado desde hace siglos. " El Poder de la Palabrawww.epdlp.com

TODOS A UNA. de: Gabriel Celaya

Cada vez que muere un hombre, todos morimos un poco, nos sentimos como un golpe del corazón revulsivo que se crece ante el peligro y entre espasmos recompone la perpetua primavera con sus altas rebeliones. Somos millones. Formamos la unidad de la esperanza. Lo sabemos. Y el saberlo nos hace fuertes; nos salva”.

martes, enero 01, 2008

Psicología del Amor. De Ana Muñoz

Autora: Ana Muñoz, psicóloga, directora de Cepvi.com

El vínculo afectivo

A la hora de entablar una relación afectiva las personas se comportan de modos muy distintos. Algunos se muestran desconfiados, evasivos o ansiosos mientras que otros no tienen ningún miedo a abrirse a los demás. Unos parecen esperar el rechazo y otros la aceptación. Pero, ¿qué hace que seamos tan diferentes? ¿Somos igual de seguros o inseguros en la infancia y en la edad adulta? ¿Hemos tenido que aprender a amar? El amor es un tema que ha dado muchos quebraderos de cabeza, tanto a quienes lo viven como a quienes tratan de investigarlo. Los psicólogos han estudiado esos lazos de amor que nos mantienen unidos a otra persona y le han dado el nombre de vinculación afectiva o apego. Se define como una relación afectuosa, recíproca, activa y fuerte entre dos personas. Son relaciones que proporcionan sentimientos de seguridad y cuando una persona se ve privada de ellas se siente sola o inquieta. Es decir, echamos de menos a la persona a quien amamos (llamada en psicología figura de apego). Esto es algo que no ocurre con otro tipo de relaciones cuya finalidad es proporcionarnos guía, compañía, diversión, oportunidad de compartir intereses comunes, intercambiar opiniones o sentirse necesitado, etc.

Empezando a amar

La formación de la relación afectiva depende tanto de la madre (o principal cuidador) como del hijo, de manera que ambos están contribuyendo en mayor o menor medida a su desarrollo y mantenimiento. Durante los primeros meses de vida casi cualquier conducta del niño puede promover afecto y ternura en la madre: lloran, sonríen, miran a los ojos, emiten sonidos o balbucean, etc. Este comportamiento empuja a la madre a acercarse y responder a sus necesidades, de forma que el niño se da cuenta de que cuando llora alguien está ahí para consolarlo, darle cariño y alimentarlo. De este modo, va aprendiendo que el mundo es un lugar seguro y desarrolla confianza. (Durante el primer año de vida es imposible mimar demasiado a un niño. El modo de actuar más apropiada es responder en todo momento a su llanto). Más tarde, se sentirá también lo bastante seguro como para empezar a alejarse de su madre y salir a descubrir el mundo que le rodea.

IMAGEN: Madre e hijo Picasso