jueves, septiembre 04, 2008

La enamorada del muro. Cuento de Susuru con otro final (III) según Antiqva

Disfruto viajando, me gusta caminar por Libertador, por Alicia Moreau de Justo, sentarme en un café, contemplar el río, los bosques de Palermo, el Planetario, observar como nadan los patos en el lago, apreciar los multicolores del Rosedal y aspirar el perfume de las rosas. Mi vida es muy calma, muy placentera. Sólo hay ruido cuando hago negocios. Cuando estoy en la cancha de golf no acostumbro a hacer negocios. Allí, sólo intercambio tarjetas y a partir de ese momento todo puede suceder. Esta mañana, me senté en el Spell Café con mi cuaderno de apuntes, antes de ir al golf. Con la tranquilidad que me caracteriza, comencé a organizar la fiesta de mi próximo cumpleaños. Decidí que como los invitados sumarían más de 300, lo haríamos en Capilla del Señor. Sí, allí, en la estancia Los Girasoles de Sangara. Un lugar accesible y cómodo para compartir un buen día de fiesta. Para palpitar junto a los que quiero, a mis queridos afectos de hoy y de siempre. Recordé que debía encargar al vivero cientos de “alegrías del hogar” para los canteros y pedir que los portones estén cubiertos por enredaderas, “las enamoradas del muro”. Repaso mis anotaciones, me dispongo a saborear el café, levanto la vista y me doy cuenta que estoy rodeada de gente cuyas caras desconozco. Sorprendida, intento levantarme y una fuerza superior, me mantiene pegada a la silla. Miro sin ver, escucho sin oír, callo sin hablar y no comprendo quienes están ahí. Extiendo mis manos. Busco dinero en mi cartera para sacármelos de encima…pero se acercan más y más. Me rodean, me falta el aire, escucho sólo el gemido de un violín y el grito de una trompeta…Me ahogo, me acurruco, me agacho, me escondo debajo de la mesa y logro disparar gateando, sóla acompañada por la voz de alguien que con una canción parece llamarme desde lejos.
"Nuestras zapatillas voladoras
nos llevarán al paraíso perdido
y allí perpetuaremos el amor
Y con nosotros irán todos
los enamorados de la tierra
de nuevo y para siempre
¡a renacer!
Antiqva dijo...

"Y, finalmente, amigos, lo entendi todo: una fuerza inmensa me animaba a unirme a aquella gente que cantaba y alborotaba... Y no lo pense.. Y me fui con ellos, cantando y bailando, y el campo de golf, y los negocios, y los 300 invitados se quedaron lejos, en la Luna, mientras yo -feliz- cantaba y bailaba con aquella gente que no conocia pero que me habia atrapado."

1 comentario:

SUSURU dijo...

ANTIQVA: ¿cómo hiciste para encontrarme en la Luna?, pero qué lindo fue estar de parranda...porque como dice Serrat:
"es que este es el amor
el amor que me divierte
cuando estoy en la parranda
que me aleja de la muerte"
WAUUUUUUUUU, bailamos?????
gracias, muchas gracias por alimentar mis sueños y fantasías.