jueves, junio 19, 2008

Las Manos. Reinaldo Arenas.

Las manos son lo mejor que indica el avance del tiempo.
Las manos, que antes de los veinte años empiezan a envejecer.
Las manos, que no se cansan de investigar ni darse por vencidas.
Las manos, que se alzan triunfantes y luego descienden derrotadas.
Las manos, que tocan las transparencias de la tierra.
Que se posan tímidas y breves.
Que no saben y presienten que no saben.
Que indican el límite del sueño.
Que planean la dimensión del futuro.
Estas manos, que conozco y sin embargo me confunden.
Estas manos, que me dijeron una vez: -tienta y escapa-.
Estas manos, que ya vuelven presurosas a la infancia.
Estas manos, que no se cansan de abofetear a las tinieblas.
Estas manos, que solamente han palpado cosas reales.
Estas manos, que ya casi no puedo dominar.
Estas manos, que la vejez ha vuelto de colores.
Estas manos, que marcan los límites del tiempo.
Que se levantan y de nuevo buscan el sitio.
Que señalan y quedan temblorosas.
Que saben que hay música aun entre sus dedos.
Estas manos, que ayudan ahora a sujetarse.
Estas manos, que se alargan y tocan el encuentro.
Estas manos, que me piden, cansadas, que ya muera. "
Fragmento de: "El mundo alucinante"
Este mediodía de jueves gris finalizando el otoño, y sólo a unas horas de salir, de este espacio, este refugio calentito y abrigado, me concentré en mis manos y en otras manos queridas.
Manos de mi infancia y mi adultez. La intensidad de mis manos. La intensidad de otras manos que me condujeron por diferentes rutas de mi vida. Las manos que me acariciaron, las caricias y apretones de manos que di, que me dieron. Las manos que me dejaron. El último adiós a las manos de mi padre, la bienvenida cálida en los encuentros con mi madre. Mis masajitos en la espalda de mis hijos, de mis afectos tan amados, tan queridos, las mismas manos que los envuelven en un abrazo transmitiendo mi sentir.
Hay manos presentes, manos ausentes, manos perdidas, manos que están por llegar, como está llegando la lluvia, libremente. Manos libres como el viento.
El texto de Reinaldo Arenas me sensibilizó., me conectó con mi sentir, con mi esencia, con quien soy y fui. Necesité dejarlo expresado aquí. Susuru

2 comentarios:

Rina dijo...

no me gustan las manos tímidas y breves.... nuestro órgano más grande es la piel y debe de ser aprovechado.... lástima que la gran mayoría no sepa utilizarlo y compartirlo sin condición.
definitivo: altamente sensisibles ambos escritos.
gracias.,
ini

SUSURU dijo...

Gracias a ti amiga, por llegar y expresarte.
besos