Embriagada...Susuru

Dulce Pontes _ & E. Morricone _ A brisa do coraçao _ 1995 Embriagada por la música, me dejé empujar por el viento sur llevando de brújula a la luna llena. Las manos, el movimiento de esas manos...ah!!!! las manos, manos que curan, que acarician, que recorren otras geografías, otros cuerpos, otros mares, otros tiempos. ¿Donde estoy? ¿quiénes son los que están conmigo? ¿los conozco?...Llegué a un país que no es el mío. Corrí detrás del sol enganchado en mi barrilete y volé y volé hasta la costa, hasta que pepitas de nácar regaladas por las olas del mar ornamentaron mis pies, mis manos. El ritmo ondulante de las olas, marcaba el ritmo de mis caderas.Todo el cuerpo vibraba en cada ondulación. Quedé un instante girando y cantando entre caracoles y estrellas de mar hasta que mis ojos asombrados divisaron a Marcelo caminando lentamente....Lo llamé. Le grité. MARCELLOOOOO!!!!! MARCELLLO!!!Y se perdía entre la bruma,la brisa y el viento. Como a mi barrilete, no pude alcanzarlo. Marcelo, seguramente no era Marcelo. Era Pereira, ensimismado en sus pensamientos, redactando el próximo artículo para su periódico. Y continué embriagándome más y más, Dulce Pontes canta, susurra, gime... y Ennio ejecuta la melodía.....Bailo con los pies desnudos, sobre la arena húmeda. El mar me salpica....el placer me conmueve y me gratifica. Encontrarlo a Mastroianni tan cerca era un lujo ¿o un embrujo?. Viajé o fui hechizada? ¿Tomé un malbec y quedé embriagada?. Tres campeones y Alejandro Magno me trajeron de regreso a la jungla de cemento. Y yo seguí bailando y cantando..la la laaaa, lalala, lalala,la ra li la la laaa laa, laraaaa la...la ra la.....la la la.....................