Se abren puertas
se descubren ventanas
Un fuego se enciende
y me deslumbra
Todo se decide encuentro
Criaturas que yo no he deseado.
He aquí el idiota
que recibía cartas del exterior
He aquí el anillo precioso
que él creía de plata
He aquí la mujer charlatana
de cabellos blancos
He aquí la muchacha inmaterial
Incompleta y fea
bañada de noche y de miseria
Cargada de absurdas plantas silvestres
Su desnudez su castidad
sensibles de cualquier parte
He aquí el mar y barcos
sobre mesas de juego
Un hombre libre
otro hombre libre y es el mismo
Animales exaltados ante el miedo
con máscara de barro
Muertos prisioneros
locos todos los ausentes.
Pero tú por qué no estás aquí tú para despertarme
De "La vie immédiate" 1932
No hay comentarios:
Publicar un comentario