No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino,/
retrocede para seguir avanzando hacia el mar. /
Se equivoca el agua que por temor a equivocarse, /se estanca y se pudre en la laguna./
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; /se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida./
No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo;/
se equivoca aquél que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridad del nido./
No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas ;/
se equivoca aquél que por temor a equivocarse nunca acciona./
Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan que ser hombre/
es buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente./
Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres,/
sino por aquello que hayas buscado honestamente./
El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, /
te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivos.
Es un aporte de Luis Alfredo, de Costa Rica
El 19 de abril 2007 publicó
http://bajomilenguaje.blogspot.com/
2 comentarios:
Lo vivo y lo muerto. La metafórica antinomia que interroga sobre la calidad de la existencia.
Calidad que, en nosotros los humanos, difiere de las cualidades de la naturaleza en general. ¿Habrá que volver a ella para comprender los verdaderos vericuetos de esa calidad y dejarse atravesar por sus procesos libremente?
Me pregunto: ¿se evalua el costo que se paga por cada error? ¿Reconocerlo es suficiente para aliviarse y no atormentarse?
Muchas más dudas que certezas me genera el rexto
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