Me levanté temprano y anduve descalza/Por los corredores: bajé a los jardines/Y besé las plantas/Absorbí los vahos limpios de la tierra,/Tirada en la grama;/Me bañé en la fuente que verdes achiras/Circundan. Más tarde, mojados de agua/Peiné mis cabellos. Perfumé las manos/Con zumo oloroso de diamelas. Garzas/Quisquillosas, finas,/De mi falda hurtaron doradas migajas./Luego puse traje de clarín más leve/Que la misma gasa./De un salto ligero llevé hasta el vestíbulo/Mi sillón de paja./Fijos en la verja mis ojos quedaron,/Fijos en la verja/.El reloj me dijo: diez de la mañana./Adentro un sonido de loza y cristales:/Comedor en sombra; manos que aprestaban/Manteles./Afuera, sol como no he visto/Sobre el mármol blanco de la escalinata./Fijos en la verja siguieron mis ojos,/Fijos. Te esperaba.
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2 comentarios:
Alfonsina y su exquisita sensibilidad femenina para decir.
Ese decir que trasciende lo femenino e impregna su poesía de sentimientos universales.
La espera; siempre la espera que trastoca en ansia incontenible y anhelante. Por un amor cualquiera porque es EL AMOR, a secas. Siempre el anhelo de amor.
Quizás no estemos hechos de otra cosa que de amor y sus metabolizaciones.
Otro sábado. Uno ´más contabilizado a la lista de espera. Te agradezco que al menos vos lo publiques poéticamente
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