Por ejemplo, sabes bien que a menudo he descuidado mi aseo, lo
admito y admito que esto sea desagradable. Pero he aquí, la molestia
y la miseria existen para algo y además son un buen medio para
asegurarse la soledad necesaria, para poder profundizar más o menos
tal o cual estudio que nos preocupa.
Un estudio muy necesario es la Medicina; apenas hay un hombre que
no trate de saber aunque sea un poco, que no busque comprender a
los menos de qué se trata y resulta que no sé de esto todavía nada.
Pero todo eso absorbe, todo eso preocupa, pero todo eso nos hace
soñar, meditar, y pensar. Hoy resulta que ya llevo cinco años tal vez,
no lo sé exactamente, viviendo más o menos desarraigado, errante aq
aquí y allá. Vosotros habéis dicho: ¿después de tal o cuál época te has
rebajado, te has extinguido, no has hecho nada? Esto es
completamente cierto.
Es verdad que a menudo he ganado mi pedazo de pan, a menudo
algún amigo me lo ha dado por lástima, he vivido como he podido, lo
mismo bien que mal, como se presentaba; es verdad que he perdido la
confianza de algunos y es verdad que mis asuntos pecuniarios se
encuentran en un triste estado; es verdad que el porvenir es
bastante sombrío; es verdad que habría podido hacerlo todo mejor;
es verdad que nada más que para ganarme el sustento he perdido
tiempo; es verdad que mis estudios siguen en un estado bastante
triste y desesperante y que es más lo que me falta, infinitamente más,
que lo que tengo. Pero, ¿a eso le llamáis descender, a eso le llamáis
no hacer nada?
Tú dirás tal vez: Pero, ¿por qué no has seguido, como hubiéramos
querido que hubieses continuado, por el camino de la Universidad? N
No contestaré nada, salvo esto: es demasiado; y además, ese
porvenir no era mejor que el presente que ando siguiendo.
Pero en el camino en que me encuentro debo continuar. Si no hago
nada, si no estudio, si no busco más, entonces estoy perdido.
Entonces, desgracia sobre mí.
Así es como encaro las cosas: continuar, continuar, eso es lo
necesario.
(...) Ahora, una de las causas por las cuales estoy fuera de lugar
-porque durante años he estado desplazado- es simplemente porque
tengo otras ideas que las de esos señores que dan los puestos a los
sujetos que piensan como ellos. No es una sencilla cuestión de
toilette, como se me ha reprochado hipócritamente, es una cuestión
más seria, te lo aseguro.
¿Por qué te digo todo esto? No es para quejarme, no es para
disculparme porque más o menos no pueda tener razón, sino
simplemente para decirte esto: cuando me visitaste por última vez el
verano pasado, cuando nos paseamos los dos cerca del viejo canal y
del molino de Rijswijk, "y entonces -tú decías- estábamos de acuerdo
sobre muchas cosas, pero -agregaste-, desde entonces tú has
cambiado mucho, no eres ya el mismo". Y bien; esto no es del todo
así; lo que ha cambiado, es que entonces mi vida era menos difícil y mi porvenir
menos sombrío en apariencia; pero en cuanto a lo interior, en cuanto
a mi manera de ver y de pensar no he cambiado; solamente, si en
efecto hubiese un cambio, es que ahora pienso y creo y amo más
seriamente lo que también entonces pensaba, creía y amaba.
(...)
Por tanto, tú no debes pensar que reniego de esto o aquello; soy una
especie de fiel en mi infidelidad y aunque cambiado soy el mismo y
mi tormento no es otro que este: ¿para qué podría yo servir? ¿No
podría yo ser útil de alguna manera? ¿Cómo podría yo saber más y
ahondar tal o cual tema? Ya ves, esto me atormenta continuamente,
y además uno se siente prisionero en su tormento, excluido de
participar en tal o cual obra, y tales y cuales cosas necesarias
están lejos del alcance. A causa de esto no se vive sin melancolía,
después se sienten vacíos allí donde podría haber amistades y altos
y serios afectos, y se experimenta cómo el terrible decaimiento roe
hasta la misma energía moral, y la fatalidad parece poder poner una
barrera a los instintos afectivos y una marea de náuseas sube a la
garganta. Y en seguida se dice: ¿hasta cuándo, Dios mío?
¿Qué quieres? Lo que pasa adentro parece que ocurriera afuera.
Fulano tiene un gran fuego en su alma y nadie se acerca a
calentarse, y los que pasan sólo advierten un poco de humo en lo
alto, por la chimenea, y siguen su camino. Ahora, ya ves: ¿qué
hacer?, ¿fomentar ese fuego interiormente, esperar pacientemente,
aunque con mucha impaciencia, esperar la hora, digo, en que alguien
querrá venir a sentarse a vivir allí?, ¿qué se yo? El que crea en
Dios, que espere la hora, que llegará tarde o temprano.
Ahora, por el momento, todos mis asuntos van mal, a lo que parece, y
esto ha sido así durante un tiempo no del todo inconsiderable, y
esto puede seguir así en un futuro más o menos largo, pero puede
ocurrir que después de haber ido todo al revés, todo vaya mejor en
seguida. No lo tomo en cuenta, tal vez no ocurra nunca, pero en caso
que se produzca algún cambio hacia el bien, lo consideraría como
ganado, estaría contento, diría: "en fin, había sin embargo alguna
cosa".
Pero sin embargo -dirás-, tú eres un ser despreciable, puesto que
tienes ideas imposibles de religión y escrúpulos de conciencia
pueriles. Si tengo ideas imposibles o pueriles, ojalá pueda librarme
de ellas; no pido nada mejor. Pero éste es, más o menos, el nivel
que he alcanzado. Te encontrarás en "El filósofo bajo los techos" de
Souvestre, cómo un hombre de pueblo, un simple obrero muy
si se quiere, se imaginaba la patria. "Tú no has pensado tal vez en
qué es la patria", replicó posándome una mano sobre la espalda, "es
todo lo que te rodea, todo lo que te ha criado y alimentado, es todo
lo que has amado, estos campos que estás viendo, estas casa, estos
árboles, estas muchachas que pasan y ríen, todo esto es la patria".
"Las leyes que te protegen, el pan que paga tu trabajo, las palabras
que cambias, la alegría y la tristeza que te llegan de los hombres y
de las cosas entre las que vives, todo esto es la patria. La pequeña
habitación en que otras veces viste a tu madre, los recuerdos que
ella te ha dejado, la tierra donde ella reposa, todo es la patria.
La ves, la respiras en todas partes. Imagínate los derechos y los
deberes, los afectos y las necesidades, los recuerdos y la gratitud,
reúne todo esto con un solo nombre y este nombre será la patria."
(...)
Alguien, para citar un ejemplo, amará a Rembrandt, pero seriamente,
sabrá que hay un Dios y creerá en él. Alguien ahondará en la
historia de la Revolución Francesa; no será incrédulo, verá que en
las grandes cosas hay también una potencia soberana que se
manifiesta.
Alguien habrá asistido durante un corto tiempo solamente a los
cursos gratuitos de la gran universidad de la miseria y habrá puesto
atención a lo que habrá pasado bajo sus ojos y a lo que habrán
escuchado sus oídos y habrá reflexionado sobre ello y habrá
terminado también por creer y aprender tal vez más de lo que podría
decir. Trata de comprender la última palabra de lo que dicen en las
obras de arte los grandes artistas, los maestros serios, y verás a
Dios allí dentro.
(...)
Y el hombre abstraído tiene también su presencia de espíritu por
momentos, como por compensación. Es a veces un personaje que tiene
su razón de ser por tal o cual motivo que no se ve siempre en el
primer momento, o que se olvida por abstracción a menudo
involuntariamente. Alguien que ha rodado largamente como sacudido
sobre un mar tempestuoso, llega al fin a su destino; alguien que
parecía inútil e incapaz de desempeñar ningún cargo, ninguna
función, termina por encontrar una, y activo y capaz de acción se
muestra muy diferente a lo que había parecido al principio. …….
LA NOCHE ESTRELLADA -ÓLEO
Con esta conocida obra se acerca a una concepción cósmica, es una naturaleza que abruma. Representa la pequeñez del se humano frente a las fuerzas de la naturaleza. La agitación es de espasmo. Hay una visión doble de sol y luna. El ámbito humano queda aplastado por el movimiento de la bóveda celeste. Los astros están a punto de chocar, nos hallamos ante un eminente fin del mundo, ante el mayor de los cataclismos. Por el significado podría enlazar el Romanticismo, en línea de un Friedrich, también sirve de puente de unión con el Expresionismo posterior que participa de la concepción del universo incidiendo en la pequeñez del hombre. Todos estos efectos se consiguen por medio de una pincelada larga, arremolinada y espasmódica. por Beatriz Aragonés Escobar.
1 comentario:
PRECIOSA APORTACION SU !!! Gracias por incluirla..... y..... seguimos en la intriga. lo unico que puedo agregar de lo poco que se es que era un creyente. Muchas veces he pensado que los quimicos y una gran depresion lo llevaron a vivir de esa forma.
saludos y............ quiero mas del tema cultural !!! si es posible claro.....
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