de: Silvio Rodríguez
Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos
era que pasaba un ángel que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día que nos tocaba olvidar
que, de tal suerte, yo todavía no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual
pero la noche es traviesa cuando se teje el azar.
Sin querer se hace una ofrenda que pacta con el dolor
o pasa un ángel, se hace leyenda y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cuál era el ángel
que entre nosotros pasó
era el más terrible,
el implacable,
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal.
Ángel que pasa,
besa y te abraza,
ángel para un final.
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