viernes, marzo 30, 2007

Cuando necesito algo, me lo pido a mi misma

La Abuelita Margarita, Curandera, Guardiana de la sabiduría maya.
Se crió con su bisabuela, que era curandera y milagrera. Practica y conoce los círculos de danza del sol, de la tierra, de la luna, y la búsqueda de visión. Pertenece al consejo de ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo, porque para sustentarse sigue cultivando la tierra. Cuando viaja en avión y las azafatas le dan un nuevo vaso de plástico, ella se aferra al primero: "No joven, que esto va a parar a la madre tierra". Rezuma sabiduría y poder, es algo que se percibe con nitidez. Sus rituales, como gritarle a la tierra el nombre del recién nacido para que reconozca y proteja su fruto, son explosiones de energía que hace bien al que lo presencia; y cuando te mira a los ojos y te dice que somos sagrados, algo profundo se agita. Tengo 71 años. Nací en el campo, en el estado de Jalisco (México), y vivo en la montaña. Soy viuda, tengo dos hijas y dos nietos de mis hijas, pero tengo miles con los que he podido aprender el amor sin apego. Nuestro origen es la madre tierra y el padre sol. He venido a la Fira de la Terra para recordarles lo que hay dentro de cada uno -¿Dónde vamos tras esta vida? -¡Huy hija mía, al disfrute! La muerte no existe. Las muerte simplemente es dejar el cuerpo físico, si quieres. -¿Cómo que si quieres...? -Te lo puedes llevar. Mi bisabuela era chichimeca, me crié con ella hasta los 14 años, era una mujer prodigiosa, una curandera, mágica, milagrosa. Aprendí mucho de ella. -Ya se la ve a usted sabia, abuela. -El poder del cosmos, de la tierra y del gran espíritu está ahí para todos, basta tomarlo. Los curanderos valoramos y queremos mucho los cuatro elementos (fuego, agua, aire y tierra), los llamamos abuelos. La cuestión es que estaba una vez en España cuidando de un fuego, y nos pusimos a charlar. -¿Con quién? -Con el fuego. "Yo estoy en ti", me dijo. "Ya lo sé", respondí. "Cuando decidas morir retornarás al espíritu, ¿por qué no te llevas el cuerpo?", dijo. "¿Cómo lo hago?", pregunté. -Interesante conversación. -"Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu -me dijo-, ocupamos el cien por cien dentro de ti. El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?". -¿Y para qué quieres el cuerpo? -Pues para disfrutar, porque mantienes los cinco sentidos y ya no sufres apegos. Ahora mismo están aquí con nosotras los espíritus de mi marido y de mi hija. -Hola. -El muertito más reciente de mi familia es mi suegro, que se fue con más de 90 años. Tres meses antes de morir decidió el día. "Si se me olvida -nos dijo-, me lo recuerdan". Llegó el día y se lo recordamos. Se bañó, se puso ropa nueva y nos dijo: "Ahora me voy a descansar". Se tumbó en la cama y murió. Eso mismo le puedo contar de mi bisabuela, de mis padres, de mis tías... -Y usted, abuela, ¿cómo quiere morir? -Como mi maestro Martínez Paredes, un maya poderoso. Se fue a la montaña: "Al anochecer vengan a por mi cuerpo". Se le oyó cantar todo el día y cuando fueron a buscarle la tierra estaba llena de pisaditas. Así quiero yo morirme, danzando y cantando. ¿Sabe lo que hizo mi papá? -¿Qué hizo? -Una semana antes de morir se fue a recoger sus pasos. Recorrió los lugares que amaba y a la gente que amaba y se dio el lujo de despedirse. La muerte no es muerte, es el miedo que tenemos al cambio. Mi hija me está diciendo: "Habla de mí", así que le voy a hablar de ella. -Su hija, ¿también decidió morir? -Sí. Hay mucha juventud que no puede realizarse, y nadie quiere vivir sin sentido. -¿Qué merece la pena? -Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la tierra es nuestra madre y el sol nuestro padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. "¿Cómo voy a ser propietario de la madre tierra?", decían. -Aquí la tierra se explota, no se venera. -¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora. -¿Cuál es la misión de la mujer? -Enseñar al hombre a amar. Cuando aprendan, tendrán otra manera de comportarse con la mujer y con la madre tierra. Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber que el sexo es un acto sagrado, esa es la manera de que sea dulce y nos llene de sentido. La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo... -... -Que pueden usar el poder del gran espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona. -Hay muchos creyentes que ruegan a Dios, y Dios no les concede. -Porque una cosa es ser limosnero y otra, ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas. Muchos creyentes se han vuelto dependientes, y el espíritu es totalmente libre; eso hay que asumirlo. Nos han enseñado a adorar imágenes en lugar de adorarnos a nosotros mismos y entre nosotros. -Mientras no te empaches de ti mismo. -Debemos sutilizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar las capacidades, entender. Entonces es fácil curar, tener telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite. -¿Desde cuándo lo sabe? -Momentos antes de morir mi hija me dijo: "Mamá, carga tu sagrada pipa, tienes que compartir tu sabiduría y vas a viajar mucho. No temas, yo te acompañaré". Yo vi con mucho asombro como ella se incorporaba al cosmos. Experimenté que la muerte no existe. El horizonte se amplió y las percepciones perdieron los límites, por eso ahora puedo verla y escucharla, ¿lo cree posible? -Sí. -Mis antepasados nos dejaron a los abuelos la custodia del conocimiento: "Llegará el día en que se volverá a compartir en círculos abiertos". Creo que ese tiempo ha llegado.
Entrevista: JOSÉ MARÍA ALGUERSUARI

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Su: que textos elegís, no te vas con vueltas. Si hasta parecen hechos a pedido.
Y este Blog se me está convirtiendo en el sitio por el que sé que puedo encontrar lo que necesito según mis estados de ánimo. No lo abandones!!!!
En Usuahia, te leemos y valoramos mucho.los unos y los otros.

Anónimo dijo...

Su !!!!!!!

Estoy encantada con este envío. Cuántas cosas magníficas podemos aprender en esta comunidad.

Me llamó mucho la atención la seguridad con la que emite decretos y acuerdos la abuelita Margarita. Todo tiene su específico mensaje, pero me llamó mucho la atención, que debemos respetar lo que somos. Y somos cosmos, tierra y gran espíritu.

También me pareció destacable que las mujeres debemos enseñar al hombre y a los hijos a amar. Y como punto de partida, es la base de todo.
Y lo mejor : "" Cuando necesito algo, me lo pido a mí misma "".
Está como para reflexionar cada punto y llevarlo a la práctica.
Gracias, me encantó.

Tere, desde Guanajuato, México

JoP dijo...

Cuántos temas: Muerte, Sentido de la vida, Nuestro lugar en el Cosmos, Amor sin Apego, Elección...

Cuánta mitología para hablar de lo desconocido... Cuánto temor sublimado en metáforas misteriosas...

El domingo escuché, por casualidad y de pasada -a estas alturas, jamás tendría el deseo ni la intención de detenerme a escuchar la mentira perversa y sistemática-, la archiconocida manipulación, entre tantas, de cierto segmento de la misa de ramos y me detuve en la frase litúrgica: "Yo sé que no soy digno (de no se qué cosa...), pero una palabra tuya bastará para sanarme".
Y pensé en ese instante, en medio del desprecio que sentí ante esa frase, que la humanidad ha generado innumerables mitologías, porque ellas dan sentido y consistencia en este tránsito de la vida. Pero no tendríamos que olvidar, casi en el mismo sentido de un ejercicio de un deber ético, de que existen mitologías y mitologías. Y que muchas de ellas estan orientadas a dar sentido y consistencia y otras, a la dominación, la manipulación y el sojuzgamiento del espíritu.
Queda en cada uno la elección de ser señor o ser esclavo.
En definitiva -no nos mintamos-, más allá del sentido singular, el tránsito se constituye de los mismos patrones biológicos para todos.

SUSURU dijo...

Querido JOP: difícil se me hace responderte pues en lo que expresaste pones de manifiesto interrogantes a los que a la vez das respuestas.
El discurso de la Iglesia, es un discurso que para estos tiempos a mi entender, está obsoleto. Y el camino que nosotros elijamos recorrer nos llevará a la dependencia o a la libertad. Aunque al día de hoy, no puedo asegurarte si es"realmente el camino que elegimos" o el "que pudimos", según cuales sean las circunstancias.
Siento al leerte, con tanta vehemencia en lo que pusiste, que todos los textos deberían tener cómo un subtítulo, para que tengan un marco de referencia. Para darse cuenta que según el contexto en el que nos encontremos, determinadas palabras tendrán sentido o serán una vez más discurso vacío.
Agradezco tu valiosa opinión....y es un tema lo suficientemente amplio e interesante como para que lo debatamos.
UN BESO.

JoP dijo...

Querida Su, leyendo tu comentario y releyendo lo que escribí, descubro, que, implícitamente en mi comentario esta el tema de la relatividad.
Es precisamente ese el punto que se desliza en él y que muy bien pones en primer plano aunque de manera indirecta en el tuyo.
Me parece que ese es el punto crucial: la relatividad, el perspectivismo, la ausencia de absolutos.
Y tal vez a vos esto te parezca una enorme obviedad -tanto como a mí-, pero en un mundo atiborrado de conceptos totalizantes, me parece que siempre es bueno tener presente la perspectiva de lo relativo.
¿Cuántas veces caeremos en la trampa de someternos, nosotros también, al látigo de la definición y etiquetación en términos absolutos? ¿En qué lugar nos dejará parados asumir esas definiciones sobre nosotros mismos?
En este sentido, se me hace que el único absoluto es la muerte. Eso sí, despojada de toda connotación moral.
Será para seguir pensando...
Siempre es un placer intercambiar opiniones en tu blog.
Un Beso.

SUSURU dijo...

Será para seguir pensando, intercambiar diferentes puntos de vista y conversarlos.
Nos veremos pronto seguramente.
Un beso