lunes, marzo 02, 2009

Lluvia. Preparando el nuevo día. Susuru

Fin de un domingo con lluvia, tormentas y granizo. Finalizó febrero para dar comienzo a marzo. Los turistas van retornando a la ciudad.
Comenzarán las clases?

Las calles de Buenos Aires retoman su ritmo caótico habitual. Llegan correos con propuestas de cursos. seminarios, talleres. Es que si en marzo no tenemos algún proyecto en marcha, después es muy difícil concretar algo.

Lunes: a trabajar. Esperando que la lluvia nos permita transitar sin demasiado complicaciones. Estoy ordenando mi maletín y terminando de ver mis correos pendientes. Abogados, escribanos, regalos para hijos y sobrinos…..y así voy anotando en mi agenda tratando de no olvidarme de nada. Y entre tantos papeles que suelo acumular doy con un texto que me hace vibrar. Imposible tirarlo. Este es para mí el mejor lugar para guardarlo y ya lo estoy haciendo.

Charlie, el pequeño vagabundo, se queda fascinado al ver a una hermosa joven ciega que vende flores en un puesto de la acera. Le entrega su último centavo por una flor. Esa noche salva a un millonario que se ha tirado al río para suicidarse. Ambos caen al agua un par de veces, pero siempre son empujados a la orilla. El hombre rico está borracho y hace que Charlie termine como él cuando le lleva a un cabaret. A la mañana siguiente, Charlie acompaña al millonario a casa. Cuando llega, Charlie ve a la florista. Consigue dinero de su nuevo amigo y lo utiliza para comprar todas las flores que la joven ciega lleva en su cesto. El millonario presta su coche a Charlie, y lleva a la joven a una casa, situada en un humilde barrio. Deja a la joven, le hace creer que es millonario, y regresa a casa de su adinerado amigo. El millonario, ahora sobrio, no recuerda a Charlie. El millonario no permanecerá sobrio por mucho tiempo. Otra vez borracho, se encuentra con Charlie y le trata como a un antiguo amigo. Se lo lleva a su casa, pero por la mañana, otra vez sobrio, olvida que Charlie es su invitado y le pide al mayordomo que lo expulse de la casa. Cuando Charlie descubre que la joven ciega está enferma, consigue un trabajo como barrendero, y lo que gana lo destina a pagar los honorarios de los médicos. Cuando pierde su empleo, él y un boxeador forman un equipo para conseguir una pelea amañada y repartirse el dinero del combate. Charlie sube al ring y se encuentra con un boxeador diferente del que tenían previsto, e intenta toda clase de trucos para evitar los golpes de su adversario. No lo consigue, y al final termina en la lona. Charlie se entera de que una operación podría devolver la vista a la joven ciega. Está desesperado por conseguir el dinero necesario para la operación, y se topa con el millonario, otra vez borracho. El viejo amigo se entera de que necesita dinero para la joven y se lo lleva a la casa para darle la cantidad necesaria. Mientras se la está entregando, unos ladrones derriban al millonario. Llega la policía en el momento en que el millonario se levanta. Al no reconocer a Charlie, el pequeño vagabundo, éste huye con el dinero. Se lo da a la joven ciega y se marcha. Es arrestado por la policía y enviado a prisión. Cuando sale de la cárcel, Charlie sólo piensa en la joven. Pasa por delante de una floristería y ve en su interior a la muchacha. Ha recuperado totalmente la vista después de la operación, pagada con el dinero que Charlie le entregó. La muchacha ve la pequeña y ridícula figura que le está mirando. Sale y le da un poco de dinero. Reconoce su mano como la misma que, una vez, puso dinero en la suya. Se entera de todos los sacrificios del pequeño vagabundo para poder ayudarla. -¿Eres tú? –le pregunta. Charlie duda, y pregunta: -¿Me puedes ver ahora? Ella presiona su mano y contesta: -Sí, ahora ya puedo ver.

Mark Ricci, sinopsis de «Luces de la ciudad» (1931)

y vos? me ves?. ¿cómo me ves?
me tocás?
me contactás?
cómo te comunicás conmigo y con los demás?

17 comentarios:

Navegante dijo...

Una maravilla de post querida Susuru.
Conmovedor relato de algo que ya vi y que al releerlo vuelvo a emocionarme. ¡Su última moneda por una flor!.
Y que decir de la lluvia, a la que nos relataste de manera sencilla pero que por esos caminos de la casualidad causal (o lo que sea) me remite a lo que estoy bosquejando, una historia que es mezcla de beso y lluvia.
Besos para vos, desde mi otra lluvia.

Natalia dijo...

Que hermosa historia Susu! todo lo que viene de vos es maravilloso, sos un ser lleno de amor y muy generosa.

Con respecto a la lluvia, imagine que lloveria, ya que todos los años llueve muchisimo por allà.

Te mando muchos besitos y te deseo una hermosa semana.

.Gs. dijo...

Hola preciosa!

Vengo enamorado del blog de Melibea, pues puso una música que me hizo recordr a alguno e msi paséos románticos y ahora llego acá y me encuentro tal relato... Quedaré toda la tarde pesando en esto.

Muchos besos Susuru!!, Y que marzo llegue cargado de buenas dichas.

.Gs.

Melibea dijo...

Su, recuerdo nuestra conversación de la ceguera, el Ensayo sobre la ceguera y la lluvia de Argentina y de España. Tan solo dejo que suene esta Candilejas. ¡Qué hermoso!

Un beso

SUSURU dijo...

Hola Navegante!!! evidentemente nos hemos maravillado juntos.
Tus palabras me hacen muy bien. Tenés un buen ojo crítico y a mi me ayuda a mejorar cada día.
Ahora me gana la ansiedad hasta conocer tu próximo relato.
besos

SUSURU dijo...

Nataly: imagino que en Usuhaia debe estar fresco. aquí muy caluroso y la lluvia fue fuerte.
gracias por venir y tus cariñosas palabras que me acompañan en esta travesía creativa.
besotes

SUSURU dijo...

.Gs: me voy volando al blog de Melibea, después paso a verte.
besotes

SUSURU dijo...

Melibea: siento que nada es casualidad. las fuentes de inspiración cuando llegan y brotan son magníficas.
Bienvenida la charla y el intercambio!!! ya paso a visitarte.
besote

SUSURU dijo...

Melibea: siento que nada es casualidad. las fuentes de inspiración cuando llegan y brotan son magníficas.
Bienvenida la charla y el intercambio!!! ya paso a visitarte.
besote

I. Robledo dijo...

Muy bella historia, amiga, y por cierto por aqui esta tambien lloviendo estos. Este invierno esta de lo mas lluvioso de los ultimos años.

Un abrazo, Susuru

isis de la noche dijo...

...Pues a veces hay que cerrar los ojos para poder ver..

Y eso sí: nunca jamás dudar de lo que se ha visto con el corazón..

Yo creo que mi corazón te ha visto, amiga.. por eso te quiero tanto ;)

besos ;)

Helen Maran dijo...

hola amiga te deseo una hermosa semana y te he dejado un regalo para ti en el blog,espero te guste, un abrazo Helen desde Israel.

SUSURU dijo...

Hola Antiqva: una historia que para mí evoca la ternura, algo que ahora no está muy mencionado. Entre las lluvias y el viento nos estaremos olvidando de lo importante?
espero que no
gracias amigo

abrazos y besos

SUSURU dijo...

ISIS: mi corazón también te vio a ti, es recíproco.
Nada es casual. En todo caso será causal de lo que vamos viviendo en nuestro cotidiano recorrido entre las estrellas y la tierra.

besazos luminosos.

SUSURU dijo...

HELEN: viajaré a Israel virtualmente tan rápido como pueda a buscar lo que me comentas.
besos para ti

y abundante energía positiva.

Baños de luz para tus meditaciones.

ROBERTO dijo...

Negra!!! trajiste a mi amado Carlitos hasta aquí.
te acordás cuándo veíamos la peli para estudiar economía y discutíamos a Taylor y Fayol.

ahora me dejo envolver por la música, está buenísima. nunca escuché esta interpretación.

Besote

ya volvieron tus hijos????

JoLuis dijo...

Chaplin….qué lindos recuerdos!!!

Salu2