jueves, febrero 23, 2012
sábado, febrero 18, 2012
EL PLUMAJE DE LOS PÁJAROS. (leyenda calchaquí)
Cuentan los
ancianos indios de los valles calchaquíes, esta leyenda. Antiguamente los pájaros sólo lucían en su
plumaje los colores de la tierra con que fueron hechos por INTI, MAMA-QUILLA, Y
PACHA-MAMA. Pero los pájaros, no estaban conformes, querían en sus plumas los
hermosos colores de las flores, querían ser admirados como ellas. Entonces
resolvieron reunirse para pensar entre todos, como conseguirlos. Es así que una
mañana el cielo de los valles se llenó de pájaros en vuelo. Y las bandadas
fueron posándose entre los arbustos, o a
la sombra de los cactus, para tratar el tema.
Cuentan los
ancianos indios de los valles calchaquíes, esta leyenda. Antiguamente los pájaros sólo lucían en su
plumaje los colores de la tierra con que fueron hechos por INTI, MAMA-QUILLA, Y
PACHA-MAMA. Pero los pájaros, no estaban conformes, querían en sus plumas los
hermosos colores de las flores, querían ser admirados como ellas. Entonces
resolvieron reunirse para pensar entre todos, como conseguirlos. Es así que una
mañana el cielo de los valles se llenó de pájaros en vuelo. Y las bandadas
fueron posándose entre los arbustos, o a
la sombra de los cactus, para tratar el tema.
viernes, febrero 17, 2012
EL RECORRIDO. Fausto Aybar
No es tanta la distancia, puedo alcanzarla, siento el transpirar del asfalto bajo mis pies; voy de oeste a este, aceleró el paso, una gota de sudor recorre mi vértebra, es obvio que no puede alejarse, pretende imitar mis ademanes, giro bruscamente, no está, miro hacia mi derecha, no puedo verla, tampoco está a mi izquierda, pero la percibo, siento su respirar en mi espalda. Ahora estoy de este a oeste; el sol del invierno es plateado, sigo buscándola, veo otras, pero en ellas no está la que me persigue, puede ser que esté entre los arbustos, quizás descansando. Trato de controlar la respiración, la piel desaloja los tóxicos, vuelvo y giro, ¡mierd...! está al frente, circula mi sangre velozmente, mis pupilas se dilatan, desacelero, ella desaceleró; paro a mirarla, no sé si ella me está mirando. Es mejor dejar de jugar con los misterios, porque ella, puede ser mi única compañía en el siquiátrico.
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Fausto Aybar,de la República Dominicana, compañero y moderador del Foro Sabor Artístico escribió este relato que me gustó desde la primera vez que lo leí y me tomé el atrevimiento de postearlo aquí con mucho placer.

