
Texto de la contratapa del libro. Por Jorge Dubatti. Febrero 2006
Recurriendo a una figura teatral, digamos que Coco Romero podría pasar, él mismo, por una alegoría de la murga: es la esencia de la murga encarnada en forma humana. Coco Romero conoce en profundidad la cultura popular argentina y latinoamericana, y en especial el carnaval y la murga. Este libro lo demuestra. Su redacción nació como informe de una investigación para el Fondo Nacional de las Artes, pero es mucho más que eso: sintetiza en realidad los conocimientos de toda una vida, décadas de pasión murguera, de búsqueda paciente y de consecuente formación de un archivo- museo especializado. Si hoy la muga estalla en cada esquina y el carnaval regresa con fuerza renovada en diferentes puntos del país, el lector encontrará en este ensayo las razones profundas de ese fenómeno. También datos insospechados de una tradición cultural potente, que s e irradia en la música, la plástica, el cine, la literatura, incluso –al decir de Pedro Orgambide a través de Mijael Bajtin- como procedimiento extendido, deroche y derrame, feliz generosidad del arte: la “carnavalización”. Tensión entre ficción y no ficción, dramaticidad y postdramaticidad, teatro y performance, metáfora y rito, arte y pretexto de reunión, la murga constituye hoy una de las expresiones mas firmes del laboratorio de teatralidad social en que se ha convertido la Argentina a los ojos del mundo. Ojalá que este libro de Coco Romero, punta visible del iceberg incalculable de su información y sus saberes sobre el tema, sea el primero de una laboriosa serie debida a su escritura. Porque la murga no solo se vive: también se piensa y se estudia. http://www.cocoromero.com.ar/
En este post quiero dejar remarcada mi admiración por Coco Romero, a quien conocí en el Centro Cultural Recoleta, Centro que depende de la UBA (Universidad de Buenos Aires), y que una tarde de verano, junto con el grupo que coordinaba Pablo Runa, me animé a participar de mi primera mascarada. Este hecho marca lo que luego me lleva a estudiar y profundizar cada vez más el fenómeno del enmascararse y desenmascararse. No sólo desde el aspecto risueño, alegre y carnavalesco, sino por las implicancias terapéuticas y facilitadoras que pueden tener las máscaras en un espacio de trabajo psicocorporal ayudando a desprendernos de todas esas marcas que modelan nuestros gestos, nuestro lenguaje corporal, nuestras tensiones físicas, nuestros bloqueos emocionales.
A Jorge Dubatti, mi reconocimiento también por los momentos compartidos en el Instituto de la Máscara y en diversas Jornadas y Congresos.
Sin duda que el camino del aprendizaje es largo, más bien, siento que no termina nunca. Y si tenemos la posibilidad de estar acompañados por docentes de la envergadura como los que menciono aquí, seguramente el enriquecimiento no sólo que no es difícil, sino que genera un entusiasmo pasional, que a mí particularmente se me fue enraizando de tal modo, que ya forma parte de mi esencia y lo sumo y multiplico cuando visito nuevos espacios predispuestos a abrirse a esta nueva investigación creativa, en la cual es necesario poner el cuerpo y ello exige compromiso. susuru