











"Todo auténtico quehacer creativo no es en realidad, obra del hombre solamente. El ejercicio de todo arte o artesanía parte del corazón." C.G.JUNG
Conocí a Osvaldo Soriano una tarde lluviosa de 1987. Todavía recuerdo su andar cansino, la mirada afable, su voz pausada, envuelto en una nube hecha de nostalgia y humo de tabaco negro. El estaba en la cúspide de su carrera y yo era un autor inédito sin demasiadas esperanzas de publicar. Quiso el azar que un par de manuscritos de mi autoría llegara a sus manos generosas y se convirtiera en la excusa para encontrarnos a tomar un café en el bar “La Academia”, en Callao y Corrientes.
A partir de entonces, Soriano se convirtió en mi maestro, leyó con infinita paciencia cada capítulo de una novela que jamás llegué a concluir y me alentó a insistir en ese trabajoso camino. El término “maestro” suele usarse como una suerte de título nobiliario, despojado de su sentido más profundo. Siempre he dicho que un maestro es otra cosa: aquel que está dispuesto a transmitir un oficio.
De Osvaldo Soriano aprendí a desacralizar la literatura, a quitarle esa fatuidad que padecen tantos escritores; frente a lo sagrado no existe otra alternativa que arrodillarse y rendir pleitesía. Soriano me enseñó que una buena novela no se sustenta en la propia existencia del autor, sino en una historia fuerte, un argumento sólido que evite los espantajos del psicologismo y la autorreferencia. Me hizo ver, además, que escribir es un oficio, acaso uno de los más nobles oficios, y que poder vivir de la literatura no es un hecho vergonzante, sino un derecho al que todos los autores deberían aspirar.
Durante estos años he conocido muchos mercenarios que, por monedas, venden sus convicciones en distintos medios, pero se escudan en la pureza de la literatura: son escritores. Para ellos la literatura no se negocia. Todo lo demás sí. Muchos de los críticos y colegas que desollaron vivo a Osvaldo Soriano hoy se rasgan las vestiduras vindicando, post mortem, su figura; pero claro, la piel duele, la ropa se cambia.
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Federico Andahazi nació el 6 de junio de 1963 en Buenos Aires, Argentina, en el céntrico barrio de Congreso. Es uno de los autores argentinos cuyas obras fueron traducidas a mayor número de idiomas en todo el mundo. Sus libros fueron publicados por las editoriales más prestigiosas. En Estados Unidos fue editado por Doubleday, en Inglaterra por Transworld, en Francia por Laffont, en Italia por Frassinelli, en China por China Times, en Japón por Kadokawa, en Alemania por Krüger y por varias decenas de editoriales de diversos países. Dictó conferencias en lugares tan distantes y prestigiosos como la Facultad de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Moscú, en Rusia, y la Universidad Santos Ossa de Antofagasta, Chile. Ofreció charlas en Estocolmo, Londres, París, Estambul y otras ciudades de Europa, América Latina y Estados Unidos. Participó de Congresos literarios en Francia, Finlandia y varias ciudades de España, entre otros. Fue invitado a numerosas Ferias del Libro como la de Guadalajara, Moscú, Pula, Estambul, Madrid, Barcelona y, desde luego, asistió a la de Buenos Aires y a casi todas las de Argentina. Colaboró con la mayor parte de los periódicos y las más importantes revistas de su país: Clarín, La Nación, Perfil, Noticias, Veintitrés, Lamujerdemivida, Brando, V de Vian, etc. y en diversas publicaciones de América Latina, Estados Unidos y Europa, tales como: Loft, de EE.UU.; O independente, de Portugal; El gatopardo y Soho, de Colombia, etc. Su obra obtuvo el reconocimiento de la crítica mundial y fue objeto de diversas reseñas y estudios.
FUENTE: http://www.andahazi.com/es_index.html
En la mirada ciega del amor me miraste
descubriendo los ojos de la vida.
Y supe que nací por conocerte
y unificarme en ti, Desconocida.
letras de Aurora Reyes
al ver la imagen de esta Desconocida imaginé tantas cosas!!!....que me quedé Imaginando que todo era música y color en algún lugar que desconozco, con el Alma en movimiento y Diana Navarro cantando. A ustedes dónde los transporta?... susuru.
Imagen: Carmen Mansilla
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Para Volar son Necesarias Dos Alas.
Los profesionales como yo utilizamos nuestra inteligencia en exceso, tanto que tendemos a ver la vida sólo a través del intelecto, negando así otras formas de hacerlo. Esto tiende a hacer nuestra vida aburrida y pesada, quitándole su lustre.
“El problema verdadero no es el uso de demasiada inteligencia sino la falta de uso de la emoción. La emoción se desatiende totalmente en nuestra civilización, así que se pierde el equilibrio y se desarrolla una personalidad torcida. Si la emoción también es utilizada, entonces no hay desequilibrio.Un equilibrio de la emoción y del intelecto se debe mantener en la proporción adecuada; de lo contrario la personalidad entera se enferma. Es igual que si únicamente se usa una pierna. Tú puedes seguir usándola, pero no llegas a ninguna parte; simplemente te agotas. La otra pierna debe ser utilizada. La emoción y el intelecto son como dos alas: cuando utilizamos solamente un ala el resultado será frustración. Entonces la dicha que llega al usar ambas alas simultáneamente, en equilibrio y armonía, nunca es alcanzada.No tengas miedo de usar demasiado el intelecto. Solamente cuando se utiliza la inteligencia tú tocas las profundidades; sólo ahí tu potencial está estimulado. Trabajo intelectual no significa que tu inteligencia está siendo utilizada. El trabajo intelectual es meramente superficial; no se toca ninguna profundidad, nada es desafiado. Eso da lugar al aburrimiento; crea el trabajo que no causa placer. El placer viene siempre cuando se desafía la individualidad y tú tienes que probarte a ti mismo y responder al desafío. Cuando son desafiadas, la inteligencia o la emoción crean ambas su propia dicha.Una persona es esquizofrénica si solamente una porción de su personalidad está trabajando y la otra está muerta. Entonces hasta la parte que está funcionamiento no trabajará realmente bien porque estará con exceso de trabajo. La personalidad es una totalidad; no tiene ninguna división en absoluto. Realmente, la personalidad entera es una energía que fluye. Cuando la energía se utiliza de manera lógica se convierte en inteligencia, y cuando no se utiliza lógicamente sino emocionalmente se convierte en el corazón. Éstas son dos cosas separadas; es la misma energía que atraviesa dos canales diferentes.Cuando no hay corazón sino sólo intelecto, nunca te puedes relajar. La relajación quiere decir que ahora la misma energía dentro de ti está trabajando en un canal diferente. La relajación nunca quiere decir ningún trabajo, significa trabajo en otra dimensión. Entonces la dimensión que está sobrecargada se relaja.Una persona que sigue una búsqueda intelectual continuamente, nunca se relaja. No desvía su energía a otra dimensión, así que su mente sigue trabajando en una sola dirección innecesariamente. Eso crea aburrimiento. Más y más pensamientos vienen y van; se difunde la energía, se pierde. Tú no puedes disfrutarla; por el contrario, estarás decepcionado y disgustado con esta carga innecesaria. Pero la mente, o el intelecto, no es culpable. Como una dimensión alternativa no se ha proporcionado, como no hay otra puerta abierta a ella, la energía continúa dando vueltas en tu interior.La energía nunca puede estar estancada. Energía significa lo que no está estancado, lo que siempre está fluyendo. Relajación no significa la energía que está estancada o dormida; científicamente, la relajación quiere decir que ahora la energía está fluyendo a través de otro canal, de otra dimensión — que ha entrado en otro espacio.Pero aunque el espacio puede ser diferente, si no es completamente lo opuesto al espacio en el que te encontrabas antes, la mente no se relajará. Por ejemplo, si tú trabajas en un problema científico, entonces te puedes relajar leyendo una novela. El trabajo es diferente: ocuparse de un problema científico es ser activo — una modalidad muy masculina — mientras que leer una novela es ser pasivo, que es una modalidad absolutamente femenina. Aunque estás utilizando la misma mente estarás relajado, porque es el polo opuesto de la mente el que está siendo utilizado. Tú no estás solucionando nada, no estás activo; eres sólo un receptor, recibiendo algo. La dimensión es la misma exepto que la emoción, el polo opuesto, está siendo utilizada.De la misma forma, cuando amamos, el intelecto no entra en juego en absoluto. Sucede justo lo contrario: la parte irracional de tu personalidad entra en acción. La inteligencia debe ser balanceada por el amor y el amor debe ser balanceado por la inteligencia. Ordinariamente, este equilibrio no se encuentra en ninguna parte.Si alguien está enamorado y comienza a descuidar todas las búsquedas intelectuales, esto también creará aburrimiento. Incluso el amor se convierte en una tensión si es un asunto de veinticuatro horas al día. Una vez que el desafío se pierde, el placer también se perderá: el juego se perderá y se convertirá tan sólo en trabajo. La misma cosa sucede con un intelectual que descuida el lado emocional de su ser.Estas dos piezas, estos dos polos, deben estar en equilibrio, sólo entonces nace un ser humano integrado e individual”.
El Gran Desafío
texto: Mex Urtizberea